Esencia y finalidad de la luna

1 de mayo de 1841

1. En lo que a la luna respecta, ella es un cuerpo celeste compacto, más aún que vuestra Tierra, y es, por decirlo así, un hijo de la Tierra, en otras palabras, ha sido formada con elementos pertenecientes a la Tierra.

2. Ha sido dada a la Tierra para que capture y almacene la fuerza magnética que emana la Tierra y se la devuelva posteriormente de acuerdo a la necesidad que tenga la Tierra misma. Por este motivo, el recorrido de la Luna alrededor de la Tierra es tan variable.

Pues este recorrido se ajusta siempre de acuerdo a la mayor o menor cantidad del magnetismo presente en la Tierra; pero el recorrido de la Luna, como portador de esta sustancia, se adapta también a cualquier posible necesidad que tiene la Tierra de este elemento vital y natural. Esta es la labor principal de la Luna.

3. Si un planeta es más pequeño que la Tierra, entonces no necesita ninguna luna. En este caso las montañas muy altas reemplazan la función de la Luna, como sucede con Venus, Mercurio, Marte y otros planetas mucho más pequeños; Pero los planetas más grandes tienen que estar provistos con una o más lunas con el fin de que ellas presten el servicio ya mencionado anteriormente alrededor de sus planetas.

4. En la Luna como en la Tierra habitan tanto seres humanos como innumerables otras criaturas. La única diferencia es que ninguna Luna está habitada en el lado que está constantemente visible al planeta, sino siempre en el lado opuesto. Esto se debe a que el lado visible al planeta no está provisto de aire, agua o fuego, ni de lo que sea necesario para la vida orgánica.

5. Preguntaréis: ¿Por qué es así? La respuesta es: Porque ninguna Luna debe tener un movimiento de rotación sobre su propio eje, y esto es porque la atracción de la Tierra, o en general la de cada planeta, es aun demasiada poderosa a pesar de la distancia existente a su luna.

Ahora bien, si la Luna tuviera una rotación sobre su propio eje, aún si fuera muy lenta, en primer lugar la fuerza de atracción del planeta aumentaría debido a esta rotación en la medida como sea la relación de rotación de la Luna con respecto a la rotación del planeta, es decir:

suponiendo que la rotación lunar se acercara a la de la Tierra, de tal manera que la Luna rotara en su eje en el mismo tiempo que lo hace el planeta, entonces pronto un pedazo tras otro empezaría a desprenderse de la Luna y caer sobre la Tierra debido al crecimiento consecuente de la fuerza de atracción del planeta.

Una rotación como la tiene el planeta, por más lenta que sea, no serviría prácticamente de nada respecto a la necesaria disposición ordenada del aire, agua y también del fuego. Porque el agua, el aire y el fuego sobre un cuerpo celeste tienen que ser transportados con una velocidad adecuada mediante las montañas sobresalientes; De lo contrario, estos elementos, que son tan necesarios para la vida orgánica, se acumularían en el lado opuesto del cuerpo central debido al impulso y su propia gravedad del fluido.

6. Pero si este fuera el caso, preguntaos vosotros mismos: ¿Qué ser vivo podría sobrevivir en un tal cuerpo celeste? Este viviría solo mientras estuviera bajo la capa de aire y agua; pero si el planeta rotara y se alejara de esta acumulación vital orgánica, el ser vivo se asfixiarían en el lugar que queda sin aire, si es que no se hubiera ahogado antes bajo la capa de agua.

7. Ahora ved, esto también sería el caso de la Luna, ¡si tuviera una rotación como la de la Tierra, por más lenta que sea! Tendría que, para distribuir el aire, el agua y el fuego adecuadamente en su superficie, tener un giro cinco veces más rápido alrededor de su eje, es decir: tendría que girar en su propio eje cinco veces en 24 horas terrestres, lo que entonces, en apenas cinco años, acarrearía la destrucción total de la Luna, y la Tierra estaría llena de partículas lunares.

No necesito dar más detalles sobre el efecto que ocasionarían las masas de la Luna precipitadas sobre la Tierra, sino solo decir que nadie quedaría con vida.

8. Si prestáis atención un poco a esto, entenderíais porqué la Luna no tiene rotación y, por lo tanto, porqué ella muestra siempre el mismo lado a la Tierra.

9. Pero para que podáis comprender completamente la Luna y su habitabilidad, debéis saber que la Luna es en realidad «luna» solo en el lado que mira hacia el planeta; pero en el lado opuesto, no es «luna», sino una región planetaria muy sólida.

Entonces, la parte qué se le llama «luna», no es sólida, sino muy fofa (poco consistente), casi como una espuma semisolidificada del mar, cuyas partes más firmes se elevan como montañas, pero cuyas partes más blandas se hunden en forma de nichos o cráteres como dirigidos hacia el centro del cuerpo lunar.

En algunos de estos nichos o cráteres existe aire atmosférico que aun no ha podido escaparse, que, visto a través de telescopios potentes, parecen como si fuera agua. En las partes elevadas, así como en los cráteres menos profundos, no existe absolutamente ningún aire atmosférico, sino solo éter, como el que se encuentra en los espacios entre el sol y los planetas.

Por lo tanto, este lado de la Luna no está habitado por ningún ser orgánico, sino sus habitantes son de naturaleza espiritual. Todos estos habitantes espirituales fueron hombres mundanos durante sus vidas en la carne pero que ahora han sido confinados para que mejoren y de esta manera puedan todavía disfrutar hasta la saciedad mirando el mundo.

Y cuando, después de largos períodos de tiempo, se den cuenta de que eso de estar mirando ansiosamente el mundo no da frutos y empiezen a prestar atención a los maestros enviados allí, entonces los voluntariosos serán conducidos inmediatamente desde allí a un grado de libertad más elevado y más bienaventurado; pero los menos voluntariosos serán encarnados de nuevo para que vivan en la parte sólida de la Luna y tendrán que vivir en condiciones muy pobres y lamentables.

Y es que a ellos les toca, en primer lugar, luchar contra el gran frío y oscuridad, y en segundo lugar contra un calor insoportable; Porque la noche dura allí casi 14 días terrestres y el día otra vez lo mismo. Allí, hacia el final de cada noche, se vuelve tan frío como en el Polo Norte terrestre; y entre el medio y al final del día se calienta tanto que ningún ser vivo puede soportar la superficie lunar.

10. Los habitantes, así como todos los demás seres orgánicos, viven dentro del suelo lunar. En estas viviendas subterráneas tienen que pasar la mitad del día y la mitad de la noche; Por lo tanto, no hay casas o ciudades allí, como sucede con vosotros, sino que las viviendas están en las profundidades del suelo lunar, y a veces, aquí y allá, en las cuevas y en las grietas de las montañas.

11. No hay árboles que den fruto, sino plantas de raíz (tubérculos), como con vosotros las papas, nabos, zanahorias y similares. Estas plantas se siembran al comienzo del día y están completamente maduras al final del día. Cuando empieza el atardecer, las personas salen de sus madrigueras y recogen estos frutos y los llevan de inmediato a sus viviendas subterráneas, desde donde se alimentan durante toda la noche, así como todo el día siguiente.

12. De los animales domésticos, solo se puede encontrar una especie de oveja como en la Tierra, que es para estos moradores, lo que para los habitantes de los países nórdicos es el reno.

13. Todavía hay muchos animales acuáticos en los ríos así como en los lagos, que son bastantes comunes sobre la superficie lunar, así como algunas especies pequeñas de aves (no muy diferentes a vuestros gorriones), o ejércitos enteros de insectos y otros animales terrestres de dos, tres y cuatro patas cuyo propósito y descripción detallada escucharéis en otra ocasión. Por el momento, que sea suficiente lo dicho.

14. ¡Ante todo, vosotros Mis Amados, tened mucho cuidado, para que nunca os convirtáis en habitantes de este miserable cuerpo celeste! Porque esta escuela de vida de color amarillo brillante, es una escuela muy tediosa, y sería mejor morir catorce veces en un día en la Tierra que vivir allí solo un día; porque sus habitantes están mucho peor que los que están enterrados aquí en los cementerios. Y es que ellos no saben que están enterrados; pero los habitantes de la Luna deben vivir conscientemente en sus tumbas y, a menudo, son enterrados en sus viviendas subterráneas, ya sea por derrumbes o por repentinas inundaciones de agua.

15. En cuanto a los fenómenos aún más notables, tanto los del lado sólido de la Luna como los de sus habitantes, os lo comunicaré en una próxima ocasión. Pero ahora, ¡pensad en lo que se ha dicho y, especialmente, ocupaos en reconocer bien y usar este conocimiento en la primavera de vuestras vidas, y así veréis en la Luna, cuando ella esté completamente revelada ante vosotros, un signo muy significativo del Hijo del Hombre en el Cielo! Amén.

Os lo digo Yo a vosotros, viniendo ahora sobre las nubes del cielo.

Amén, Amén, Amén.

Fuente: La Luna, capítulo 1, recibido por Jakob Lorber el 1 de mayo de 1841.